La tanatología fue aceptada como
ciencia a partir de los años 50’s. Desde su concepción y hasta la actualidad,
se ha tratado a la tanatología de manera interdisciplinaria e incluye la
evaluación de nuestra relación con la muerte y no tanto a las especulaciones o
creencias (religiosas, culturales o de otra índole). La meta última del
Tanatólogo es orientar al enfermo hacia la aceptación de su realidad,
aceptación que se traduce en esperanza sobre la situación real. Esto incluye
una mejor calidad de vida, una muerte digna y en paz.
¿Qué implica una
muerte digna?
Calidad de vida
durante esta etapa final.
Atención adecuada.
Ayuda para
resolver problemas.
Morir rodeado de
gente cariñosa.
No ser objeto de
experimentación.
Respetar y darle gusto
al paciente.
Presentar opciones
reales para su situación actual.
No dar
expectativas falsas.
La doctora
Kübler-Ross, una de las grandes especialistas en tanatología, concebía “la
muerte como un pasaje hacia otra forma de vida”. En base a distintos estudios
científicos, describió que los pacientes terminales pasaban por 4 etapas,
muchas de ellas en su fase de agonía y previo a la muerte:
Negación: en donde el paciente
reacciona así, a manera de defensa, ante la realidad, buscando otras opciones o
buscando evidencias que muestren que el diagnóstico que reciben es un “error” o
quieren cambiar de médico.
Ira o Enojo: el enfermo se rebela contra la
realidad, frecuentemente se pregunta ¿Por qué yo? Todo le molesta, todo le
incomoda, nada le parece bien. Recordar su estado le inunda de enojo y rencor,
a veces se necesita de esta fase para poder aceptar esta condición.
Regateo: asume su condición, aparece una etapa
de tratar de negociar con el tiempo, dejar de hacer algo para prolongar la
vida.
Depresión: aparece cuando se
adquiere conciencia de que todas las fases fracasan y que la enfermedad sigue
su curso hacia el final, apareciendo la dependencia de ciertas actividades. El
“volverse una carga para los demás” facilita la aparición de esta etapa.
Aceptación: durante esta etapa
se van resolviendo varios procesos, problemas o situaciones que ayudan al
paciente a aceptar su condición. La persona prefiere estar sola, duerme mucho,
renuncia a la vida en paz y armonía, no hay ni felicidad ni dolor.
Dentro del estudio de la tanatología se incluyen aspectos
tales como:
Ayudar a crear en las personas
sistemas de creencias propios sobre la vida y la muerte, no como una fantasía o
castigo sino como la aceptación de la muerte como un proceso natural.
Preparar a la gente para asumir la muerte propia y la de las
persona cercanas.
Educar a tratar en
forma humana e inteligente a quienes están cercanos a la muerte.
Entender la dinámica
de la pena desde un punto de vista humano, donde se acentúe la importancia de las
emociones.
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